Nueve egresados sumó el programa LLM internacional que se imparte anualmente en Guatemala y El Salvador.
La Facultad sumó una nueva generación de graduados del Programa de Magíster en Derecho de la Empresa, LLM Internacional. Nueve fueron los alumnos provenientes de Guatemala y El Salvador que egresaron del Magíster en una solemne ceremonia que se celebró el campus Casa Central de la UC.
El encuentro fue presidido por el decano de la Facultad, Carlos Frontaura, la Secretaria Académica de la misma, Alejandra Ovalle, el Director de la Escuela de Graduados, Nicolás Cobo y el director del programa, Ricardo Jungmann.
En su intervención, el Decano comenzó felicitando a los recién graduados por el logro alcanzado, expresándoles su completa satisfacción por participar en su ceremonia de graduación, instancia que sella la proyección de la tarea formadora de la Facultad más allá de las fronteras territoriales. Asimismo, instó a los egresados a poner sus conocimientos al servicio a la justicia, la paz y el bien común para "contribuir a fomentar y profundizar el parabién de nuestros pueblos".
En esta misma línea, el director del programa, Ricardo Jungmann, se sumó a las palabras de felicitaciones e instó a los alumnos a aplicar sus nuevos conocimientos sabiamente. "Sus países los necesitan. Necesitan profesionales capacitados y talentosos y por sobre todo, comprometidos con la sociedad. En esta labor, cuentan con todo el respaldo de la Universidad y de la Facultad".
Durante la ceremonia también se premió a la excelencia académica, al mejor compañero y al mejor profesor. El primero galardón recayó en la alumna Asley Sucely Sosa López, mientras que el segundo reconocimiento fue para Ricardo Andrés Santamarina Cárdenas. El premio al mejor profesor fue otorgado a Marcelo Barrientos Zamorano.
Antes de finalizar la ceremonia, se realizó un especial reconocimiento al profesor Juan José Romero, ex director del programa, quien trabajó arduamente en su génesis y posterior consolidación internacional del mismo.
En la ocasión, el profesor Romero relevó la calidad académica y humana tanto de profesores, alumnos y del equipo organizador del mismo. "Hacer clases en Guatemala es vitamina vocacional y para el corazón", aseguró. Este programa agregó, es una oportunidad para poder servir a otras personas y colaborar en la formación de más y mejores profesionales para el continente.