El exministro de educación ahondó sobre el rol que cumple la calidad dentro de la discusión y sus preocupaciones respecto a la implementación de la gratuidad universal.
En una nueva versión del ciclo de charlas Derecho UC Abierto al Debate, el director del Centro de Estudios Públicos (CEP) y el exministro de Educación, Harald Beyer analizó la reforma educacional del Gobierno y la posibilidad de entregar gratuidad universal para los estudios universitarios.
El exministro comenzó su intervención asegurando que la discusión en torno a esta materia no ha tenido que ver con el costo y la calidad, sino que se ha dado en términos de derecho. "La idea fundamental es que sin gratuidad se pone en riesgo el derecho de acceso a la educación superior y si queremos reducir a cero ese riesgo, la única forma de hacerlo es a través de la gratuidad". A esta premisa agregó un tercer elemento, asegurando que si no hay gratuidad, no hay acceso y además se genera segmentación porque se mercantiliza el tema de la educación superior. "Un sistema que tiene precios, discrimina en función del poder adquisitivo de la familia", explicó.
Asimismo aseguró que si se gastan muchos recursos públicos en educación superior, se deja de gastar en otras etapas educativas y eso afecta directamente la posibilidad de acceso de los estudiantes. Además, agregó, la gratuidad universal supone sustituir el aporte que hacen las familias a la educación, lo que representa el 1,7% del PIB en esta materia. Esta sustitución significa que por mucho tiempo va a estar clausurado el aporte para la investigación "¿De dónde van a venir ahora los aportes de investigación, que es el principal déficit de Chile?".
Respecto al tema de los aranceles regulados, fue enfático en declarar que el Gobierno no ha sido capaz de ofrecer un modelo a partir del cual se definan estos aranceles. "¿Si no tengo ningún modelo atrás, qué garantía tengo de que ese arancel refleje de alguna forma el proyecto educativo que estoy llevando adelante?". Entonces, aseguró, el problema empieza a ser de autonomía de la instituciones, porque las universidades lo que van a hacer es achicar las carreras donde la brecha arancelaria es mayor y harán crecer aquellas en donde la brecha es menor para poder financiarse. "No importa cuál es mi proyecto educacional porque al final lo que me va a preocupar es hacer cuadrar la caja".
Respecto a la glosa gratuidad, Beyer definió como "sorprendente" que se exija a las universidades privadas cumplir con una serie de características, las cuales muchas veces no son satisfechas ni por las mismas universidades que pertenecen al Consejo de Rectores.
A continuación, y a modo de comentario sobre la ponencia principal, se dirigió a los presentes la profesora Derecho UC, Ángela Vivanco, quien comenzó aclarando que el tema de la gratuidad universal es un tema de discusión intelectual en Chile. "No tiene ninguna posibilidad de ser real, porque a pesar de la reforma tributaria, los recursos para implementarla no están ni estarán". Creo entonces, que la discusión debe centrarse en qué hacer con las personas que están bajo la flotación de los derechos fundamentales, es decir, aquellos derechos que supuestamente tienen asegurados, pero que no pueden ser ejercidos por falta de recursos, puntualizó.
Asimismo aseguró que la glosa de gratuidad es una demostración de la mirada que se tiene sobre el modelo país en materia educacional. "La gratuidad es un escenario que aparentemente resuelve el problema de inequidad, pero que demuestra una mirada del sistema educacional y sus instituciones con un sesgo considerable. De pronto el Estado se posiciona del sistema y hace demostraciones muy evidentes sobre los elementos que le parecen odiosos como mirar a las instituciones en razón de su propiedad y no de su mérito".
Otro tema de preocupación expuesto por la académica fue la discriminación hacia los alumnos contenida en la reforma. Explicó que sólo algunos hijos de familias matriculados podrán optar a la gratuidad mientras que otros tendrán que seguir pagando porque estudian en universidad que no cumplen con los requisitos necesarios. Además, agregó, la gratuidad no aplica para todas las ciudades y regiones. Eso ya es otra diferencia odiosa.
Finalmente, Vivanco se refirió a los riesgos de que esta discusión se esté dando en el marco de la ley de presupuesto. "Esta ley dura un año y no hay ninguna claridad sobre el futuro, porque no se sabe con cuántos recursos se va a contar, qué destino va a tener una legislación permanente sobre esto, no se saben los criterios y en consecuencia, se les está diciendo a los alumnos que tendrán gratuidad sin saber si este modelo es sostenible en el tiempo".